Mini pastas 3 - 5
Mensaje de Voz (Minipasta)
Que quede bien claro que no soy
nomofobico. Mi relación con el celular -aunque algunos lo duden- es únicamente
de trabajo, y hasta cierto punto podría decirse que personal. De alguna manera
debo relacionarme con las personas que se encuentran en otra ciudad.
La verdad es que odio el aparato
ese, pero ya que generalmente no dejan de llamar, y dado que la mayoría de las
llamadas que recibo son de suma importancia, no tengo otra opción más que estar
pegado a él.
Sin embargo, hoy sucedió algo poco
inusual. Normalmente procuro siempre tener una batería de repuesto conmigo,
pero hoy ambas se descargaron, mi cargador se descompuso y mi chófer olvido la
batería de repuesto.
El caso es que pasaron al menos un
par de horas hasta que finalmente pude volver a encenderlo y ahí fue cuando
descubrí el mensaje de voz.
Inmediatamente lo abrí, pero al terminar
de escuchar casi pego un grito.
Eran solo cinco palabras, pero si
lo que escuche es cierto estoy acabado.
Alguien lo sabe. Alguien sabe que
fui yo quien asesino a mis padres.
No Estaba Solo (Minipasta)
Casi terminaba mi jornada de
trabajo cuando descubrí que no estaba solo.
Soy conserje de una prestigiosa
escuela en la “pequeña” ciudad de Árbol Viejo. La lamentablemente mi turno no
es el más prestigioso, pues es el último y termina bastante tarde. Sin embargo,
eso no me molesta en absoluto. El ala que me toca limpiar no es tan grande,
pero creo que deberían ser más considerados con los sanitarios, que en general,
siempre dejan hechos una lástima. Y la verdad no me pagan lo suficiente.
Esa noche termine de asear y me
disponía a cerrar la puerta con llave cuando escuche como tiraban de las
cadenas al unisonó, cosa bastante improbable y que decididamente debió bastar
para que me largara de allí. Sin embargo, no le di importancia hasta que el
agua comenzó a empaparme las botas. Solté un «Que verga» y entre al recinto
como alma que lleva el diablo.
Se lo que estarás pensando, que no
debí haberlo hecho. Pues tienen razón, no debí hacerlo.
Las luces parpadeaban, pero a
pesar de la semi oscuridad que inundaba el recinto, la vi.
Su piel grisácea llena de ulceras,
con una cabeza deforme y varias bocas dentadas por todo su cuerpo.
Quise salir corriendo pera aquella
cosa fue más rápida.
Me arranco un brazo y perforo mi
garganta con mis propios dedos que aún se movían. No sé con exactitud que
sucedió después. De más está decir que cuando desperté la criatura se había ido
y yo estaba muerto.
Y que se siente, preguntaran.
Me dolió mucho, gracias por
preguntar. Pero esa no fue la peor parte.
El recinto estaba hecho un asco.
Había pedazos de carne cubriendo los desagües de los lava manos, además de
tuétano y huesos. Mis extremidades encajadas en los inodoros que chorreaban
agua de color rosado. Y mi cabeza, sin cerebro, dentro de uno de los
mingitorios, con un pie dentro de la boca como si fuese una paleta.
La verdad es que no me gustaba
mucho mi trabajo, pero ahora no puedo sino sentir lastima por el pobre imbécil
que tendrá que limpiar mis restos.
Amor de por Vida (Minipasta)
Al enterarse Judy de la muerte de
su novio lo primero que hizo fue correr al móvil y marcar el número. La llamada
entro, pero nadie contesto.
Estuvo desconsolada durante todo
el funeral marcando ocasionalmente sin que nadie contestara. Finalmente le
dijeron que el móvil se había destruido. Todos pensaban que con ello Judy
dejaría de llamar, pero no lo hacía. A la larga, dejaron de prestarle atención
a su comportamiento creyendo que para ella era una especie de terapia.
El día antes de su boda volvió a
llamar. Aquella iba a ser la última vez que lo hiciera y no esperaba nada en particular
como en otras ocasiones. Pero en esa ocasión la llamada fue contestada.
Judy se asombró, pero también se
aterro.
-No me estas abandonando, ¸ ¿o sí,
Judy?
La chica dejo caer el móvil y
corrió a encerrarse en su habitación.
El teléfono entonces comenzó a
sonar.
Judy decidió no contestar y se
metió debajo de la cama. Podía oler la tierra húmeda y eso la aterraba.
Los golpes en la puerta la
sobresaltaron, ahogo un grito y espero temblando a que él se fuera, pero no lo hacía.
Seguía llamando a la puerta y llamándola por su nombre.
Paso tiempo, pero la puerta cedió
y el entro.
Judy continúo llorando mientras
suplicaba en su mente porque no la encontrara. Pero finalmente, sus tobillos
fueron tomados por unas ásperas manos que la jalaron de debajo de la cama y la
colocaron sobre el colchón.
Judy gritaba y pedía que la
dejaran mientras lo que quedaba de su novio la desnudaba y la penetraba con
aquel repugnante miembro lleno de tierra y gusanos.
Amaneció.
Judy se dio un baño y fingió
felicidad durante todo el día.
Por la noche su nuevo
esposo quería hacerle el amor, pero Judy sonreía socarrona. Su amor de por vida
no tardaba en llegar para celebrar una vez más su fantasía.
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