Acrofobia
Obviamente si uno
pregunta que es el miedo te responderán que la sensación mas
antigua del ser humano. Eso obviando que muchos tienen diferentes
definiciones y algunos probablemente te darán una respuesta o mas
escueta o mas extensa.
Pero resulta curioso
como uno puede armarse del suficiente valor o el suficiente
masoquismo para enfrentar un miedo. Eso fue lo que nos llevo a mi
familia a mi a donde estamos.
Desde que mi madre
tiene memoria nuestra familia ha padecido de acrofobia, ya saben ese
miedo tan irracional a las alturas que hace que uno se aleje de
cualquier orilla a sujetarse de lo que tenga a la mano en cuanto
visualice que el fondo esta a una altura bastante considerable. He
oído que la fotografiá de cierto edificio es relacionada
principalmente con la acrofobia, pero jamas me he atrevido a buscarla
de la misma manera en que jamas me atrevería a ver Vértigo y aun
cuando lo hiciera esa sensación de vértigo en mi estomago no me
dejaría en paz, o peor aun podría sentir en todo momento que el
suelo se abre bajo mis pies y caigo a una muerte segura. Se que algún
día tendré que enfrentarme a ese miedo pero por ahora no puedo.
En fin, como ya lo
dije en ocasiones hay que tener mucho valor o ser muy masoquista como
para tratar de enfrentar un miedo sin ningún tipo de ayuda, y eso es
justo lo que mis antepasados decidieron hacer.
Cuando mis
tatarabuelos se conocieron ninguno le revelo al otro que padecía
acrofobia, sencillamente lo descubrieron un día que los mandaron a
un edificio a realizar unos tramites. Ninguno de los dos quería
subir y ponían pretextos de lo mas triviales para no hacerlo.
Finalmente ambos se revelaron la razón. Acrofobia.
Y que vino después.
Una decisión en mi opinión de lo mas tonta que jamas se les pudo
haber ocurrido.
Inmediatamente
desenterraron todos sus ahorros y compraron un departamento en un
piso cuarenta, del cual previamente se habían asegurado que no
contara con ascensor, pues si querían vencer la acrofobia tendrían
que obligarse a bajar por las escaleras hasta el piso uno. Una vez lo
lograran no volverían a poner un pie allí sino querían.
El problema fue que
la descendencia también desarrollo la misma fobia, tal vez
infundada, tal vez de manera genética, todos en mi familia sin
excepción hemos padecido de acrofobia.
De mas esta decir
que mis antepasados jamas salieron de allí.
La ultima vez que
alguien escucho de ellos fue cuando mi bisabuelo fue visitado por la
policía, sus padres habían sufrido un infarto en el piso treinta y
siete. Nadie sabia la causa especifica, pero después de haber bajado
los tres anteriores pisos casi a gatas finalmente habían perecido.
Mi bisabuelo fue el
que resolvió todo, pero la verdad no se como lo hizo jamas en toda
su vida bajo de allí por su propio pie. De hecho creo haber
escuchado que había caído por la ventana un par de meses después
del suceso.
Se preguntaran como
hemos sobrevivido desde entonces. Simple. Algunos familiares que
tienen la suerte de no padecer acrofobia son los que generalmente nos
mantienen al día con lo que pasa en el mundo exterior y gracias a
ellos la familia fue creciendo, pues algunas veces traían amigas o
amigos que se terminaban enamorando de alguien de la familia y
entonces se dedicaban a hacer lo suyo. Pero como se diría comúnmente
generalmente el pájaro terminaba volando del nido, pero no por que
fueran a comprar cigarros, sino por que por mas que todos trataran de
convencer a su pareja de buscar ayuda profesional nadie ha aceptado.
Suerte que sabemos
valernos por nosotros mismos en cuestiones académicas.
Yo aprendí a leer a
los tres años con viejas revistas de mis abuelos. Mi madre me enseño
después de que ella lo lograra a los doce años.
Mi padre se suicido
o al menos esa fue la versión que me dieron, sencillamente decidió
salir a fumar un poco a la cornisa y después se dejo caer.
Sin embargo, me
preocupa la actitud que esta tomando mi madre ahora. Has pasado
varios en los que nadie nos visita y mi madre dice que debo conseguir
una novia, pues siendo ahora el ultimo integrante de la familia debo
continuar la tradición de mis tatarabuelos, que esto debe continuar
hasta que alguien finalmente logre bajar esas escalera caminando y no
saltando o gateando solo para sufrir un infarto fulminante.
No se realmente que
hacer, mi madre se ha acercado los últimos días a un metro de la
cornisa, dice que para vencer el vértigo, que debe hacerlo ella y
después yo. Que finalmente después de tanto tiempo podremos vivir
una vida normal si podemos hacerlo.
Intente acercarme,
pero esa sensación del suelo abriéndose bajo mis pies me hizo
retroceder y abrazarme al sillón largo rato.
Esa noche me fui a
dormir temprano y de igual manera desperté bastante temprano, algo
no andaba bien. Reconozco las corrientes de aire cuando rondan por el
departamento y la ultima vez que sentí este tipo de corrientes fue
cuando mi padre se suicido, yo era solo un bebe, pero lo recuerdo
exactamente bien. Creo que ese fue el inicio de mi acrofobia.
Me acerque hasta la
sala.
Lo primero que sentí
fue el aire helado en mis pies descalzos y cara. La vista la conocía
bastante bien pues siempre la había visto de lejos, lo único que
discordaba allí era la silueta de mi madre dándome la espalda. Su
camisón blanco ondeaba con el viento majestuosamente. La llame pero
al parecer no me oyó. Volví a llamarla y finalmente sucedió. Una
ráfaga de fuerte viento la golpeo de costado haciéndole perder el
equilibrio. Se desplomo.
Yo trate de gritar
pero no pude, lejos de eso corrí a abrazarme de lo primero que
encontré: un viejo perchero. Cerré los ojos intentado recobrar la
calma. No se cuanto tiempo estuve así, escuche sirenas fuera así
como algunos murmullos que llegaban débilmente hasta allí. No
encendí el televisor. No necesitaba atraer a nadie.
Escuche que
golpearon la puerta y finalmente escuche como la derribaron, digo
escuche por que yo me hallaba escondido, no quería que nadie me
sacase de allí, no quería morir de un infarto, no quería que por
accidente me soltaran y cayera hasta golpear con el suelo.
No se cuanto tiempo
ha pasado, solo se que ya es de noche y estoy abrazado a la pared de
la ventana, como fue que llegue aquí. No se por que lo hago, pero
finalmente pongo un pie sobre la cornisa. El concreto esta frio y las
ráfagas de viento me golpean el rostro y casi pierdo el equilibrio,
trato de no mirar hacia abajo pero a pesar de todo no puedo evitarlo.
Todo se ve un poco borroso desde aquí.
Esta amaneciendo.
Finalmente logro sacar el otro pie y colocarlo sobre la cornisa
mientra sigo sosteniéndome de la cortina que creo empieza a
rasgarse, mis manos están llenas de sudor y el viento me golpea con
furia. Tengo que regresar. Voy a regresar a dentro.
Doy un paso… pero
finalmente resbalo y caigo.
Lo ultimo que logro
pensar con claridad es: que es esa cosa negra hacia la que me dirijo.
Se produce otra
muerte por coco. El fallecido es un turista de 32 años que decidió
sentarse a beber debajo de una palmera. Con esta suman ya 14 muertes
producidas por la palmera asesina. A pesar de todo el gobierno se
niega a poner bayas de seguridad o señales de advertencia.
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