Matanza Escolar. Final de Temporada

Presente.
“Me cago y meo sobre todos y cada uno de ustedes. Malditos hijos de puta, imbéciles, cobardes. No son más que una pinche bola de puto estiércol. Los odio. Los detesto. Los maldigo. No respeto lo que son ni lo que pudieron haber sido. Escupo sobre sus futuras tumbas, sin respeto a sus vidas. Me meo sobre su existencia y la de los putos calientes que los engendraron. Púdranse. Púdranse todos. Los ofrezco como sacrificio”.

En cuanto clave el cuchillo en el centro del circulo una estela de aire se levanto desde este. El ritual había funcionado. Ellos pagarían por todo. ¡QUE BIEN!

Pasado: dos semanas antes del inicio de clases.
Bien tal y como había anticipado me he dado cuenta de todos son una puta bola de imbéciles que se creen muy maduros pero que ni por asomo lo son. No son sino unas putas perras que se conforman con las galletitas sabor verborrea que les avientan los profesores.
¡Que se pudran! Jamás me reiré de sus chistes faltos de lógica.

Un mes después.
OK, tendré que hacerlo. Es eso o que comiencen a castrar hasta el punto en que terminen llamando a mi casa, lo cual de solo pensarlo ya es bastante vergonzoso. Los odio.

Tres meses después.
OK, OK, son unos imbéciles, pero a veces son muy divertidos, creo que algunos compartimos las mismas ideologías. Creo que lo mejor será expresar algunas opiniones durante el descanso. Podría esto ser el inicio de un cambio en mi vida.
Tres horas después.
Culeros, imbéciles, malditos, hijos de toda la puta jota prostituta calenturienta ramera que se atrevió a engendrarlos.
Con un cambiemos de tema o un no estoy de acuerdo hubiera bastado. Pero claro, tenían que aprovechar la oportunidad.
Ninguno de ellos estaría conforme sino humillan a alguien, y lo peor de todo es que yo les di la oportunidad que tanto deseaban. Malditos. Ojalá se…
Lo mejor será olvidarlo. No quiero hacer nada de lo que después me pueda arrepentir.

Cuatro meses después.
Las cosas siguieron su cauce normal, afortunadamente ya todo paso.
Creo que sencillamente todos olvidaron el pequeño incidente. Lo unió que se recuerda en todo momento son las travesuras del grupo.
Sigo relacionándome con ellos, pero la verdad es que no los soporto. Me castra tener que fingir, pero me porto de manera cruel cuando quiero, con quien quiero, cuando menos lo esperan y dejándoles muy en claro que no me interesa en absoluto si me hablan o no, que si lo hacen es por que quieren. Jaja. Imbe… Creo que debo dejar de insultarlos son buenos chicos. A su manera, pero buenos.

Tres semestres y medio después.
ANTES: Era un día de escuela como cualquier otro, el cielo estaba cubierto por nubes grises. Yo sonreía… como de costumbre, siempre la misma sonrisa falsa, siempre obligándome a ocultar mi dolor (algo que yo mismo decidí). Saludé a mis “amigos” como siempre, ya saben, esas típicas personas con las que hablas idioteces, pero aun así no puedes confiar en ellas, ya que hacerlo sería un grave error. Después de todo, así son los seres humanos… a veces confiar en las otras personas puede ser una debilidad y algo de lo que podrías arrepentirte. Nunca necesité amigos, con tenerme a mí era suficiente. No necesito a alguien que me entienda ni cariño de los demás, no necesito que finjan que les agrado, no necesito su asquerosa amabilidad. Todos siempre hablarán mal de ti a tus espaldas, y si no es así, aun así, lo pensarán.

Cuatro semestres después.

ANTES: ¿Durante cuánto tiempo? ¿Cuánto tiempo estuve en la oscuridad de mi habitación preguntándome qué sentido tenía la vida? ¿Cuánto tiempo lloré? ¿Cuántas lágrimas derramé? ¿Existe una buena razón por la que haya tenido que sufrir durante todo este tiempo? ¿Hice algo mal? Y si no hice nada malo…Entonces… Entonces ¿¡Por qué soy yo el que tiene que soportar esto!? ¿¡Me lo merezco!?Y si yo me merezco todo este dolor… ¿Qué es lo que se merecen las personas que lo causaron?

Cuatro semestres y dos meses después.
ANTES: Volví a llorar, otra maldita vez. Siempre es lo mismo… Cada día me miro en el espejo por unos minutos, simplemente para ver si sigo siendo el mismo. Qué bueno que tengo un lugar en el que puedo estar solo todo el tiempo que quiera, pero no puedo dejar que nadie vea que estoy sufriendo. Mi familia, ellos no tienen nada que ver en esto, tengo que poder solucionar mis propios problemas por mí mismo, no tiene sentido darles mis problemas a otras personas… Siempre fui una persona alegre, no era común verme enojado o triste. Pero la verdad es que… YA NO AGUANTO MÁS. Siento tanta ira… No pasa una semana en la que no llore, siento este maldito sentimiento dentro mío cada momento… Siento que me estoy volviendo loco. Todo el mundo siempre me dice que es cosa de la pubertad, pero por alguna razón no estoy tan seguro de eso… Siempre intenté ser amable con los demás (aunque era muy inmaduro y muchas veces me olvidaba de serlo) pero la mayoría de las personas siempre me mostraban ese lado de desprecio, que solo usaban conmigo, o con los que eran parecidos a mí, de una u otra forma. Solo eran amables conmigo mis familiares y unas pocas personas. Estoy seguro de que todas esas personas que no valoran los sentimientos, que ya olvidaron la diferencia entre el bien y el mal, que harían cualquier cosa para sentirse integrados, aquellos que creen que no hay consecuencias para los actos de maldad; Toda esa gente, no debería existir. Sin embargo, la mayoría de las personas son iguales, el mundo no se está pudriendo, nosotros somos los que se están pudriendo. Yo me estoy pudriendo… Porque puedo
sentir ese deseo en el fondo… El deseo de que todas las personas que intentan herirme, desaparezcan.

PRESENTE.
HACE 4 AÑOS: ¿Qué es esto? ¿Estoy llorando? ¿A esta edad? ¡Por favor, los hombres no lloran! ¡Y menos a los 13 años! Siento que perdí algo… Algo crucial, siento eso que sentís cuando tu mama te reta… ese calambre en el pecho o en el estómago, o quizás en la garganta no estoy seguro. Nunca me consideraron un amigo. Siempre me despreciaron y me trataron como a un niño. La mayoría de personas que se relacionan conmigo me tratan de la misma forma ¿Por qué yo? ¿Por qué de todas las personas soy yo el que está sintiendo dolor? ¿Por qué ellos pueden seguir sonriendo y viviendo su estúpida vida de adolescentes mientras yo siento esto? ¡Se suponía que ella y yo debíamos estar juntos! Mis amigos cada vez me tratan peor, ahora ellos me tratan como todos los demás lo hacen. El resto solo me mira con menosprecio como si mi vida no valiera. Cada vez que pienso en ellos… empiezo a sentir una especie de furia…

HACE 3 AÑOS: Esta vez van a pagar, hace meses paso mis noches llorando, Pero ya es tiempo de secar mis lágrimas, todo eso que me arrebataron, los sentimientos que ya no están ahí… Ya no los necesito. Confiar en otros humanos sería una gran estupidez, en realidad siento lástima por aquellos imbéciles que pasan sus días buscando personas en quien confiar. Siento desprecio por aquellos que viven su adolescencia saliendo con sus amigos y “disfrutando de la vida”. No es necesario que una persona sea un violador o un asesino para ser un gran pedazo de mierda. Con el simple hecho de herir a otras personas ya los hace igual de culpables, porque también son asesinos, ya que no mataron a sus víctimas físicamente, sino que los mataron por dentro. Pero yo sé que no todos los asesinos son culpables, si matas a tu madre por ser una sádica de mierda, matarla sería justo; Si tú matas a tu padre por abusar de ti… bueno son suficientes ejemplos. Pero de algo estoy seguro: Yo ahora
mismo me estoy pudriendo como esas personas… porque siento la necesidad de hacerlos desaparecer. Hasta que el día llegue… seguiré actuando como ese estúpido de hace 2 años. Espero que disfruten sintiéndose superiores a mí, mientras puedan.

2 AÑOS ATRÁS: Todo el tiempo que perdí arrodillado y llorando como un bebé, rendido antes de haberlo intentado… aunque se podría decir que fue la decisión correcta… gracias a todas esas lágrimas ahora puedo ver claramente. Ya lo entendí, si hay tanta injusticia en el mundo… ¿Por qué somos tan pocos los que tratamos de ejercerla por mano propia? ¿Y por qué intento vengarme a temprana edad? Finalmente lo he entendido: La razón por la que no puedo entenderme con las demás personas, ese sentido de la justicia mal formado que tengo. A pesar de que tengo un buen sentido de la justicia y que soy muy inteligente ¿Por qué no puedo entenderme con las personas que piensan similar a mí? Simple: Un trastorno psicológico. No tengo por qué esforzarme en encajar en la sociedad, eso sería inútil a menos que tenga que ver con mis objetivos. Si hay algo mal en mi cabeza, entonces simplemente debo aceptar lo que soy y aferrarme a este estilo de vida. Jamás podrán entenderlo y viceversa… Jamás pondré comprender la vida como una persona común, pero tampoco tengo pensado retractarme. Ahora mismo ya estudié
la forma de pensar de los adolescentes; la gente que me rodea cambió mucho con el tiempo y también mis compañeros. Pero, aun así, digamos que “mi justicia es mi justicia” y lo que me hicieron sentir no merece perdón… Actualmente me mantengo aislado de las personas, sonrío solo cuando me siento obligado a hacerlo y me acostumbré a estar en esta oscuridad. Ya no busco un “por qué” porque ya lo encontré hace tiempo: Así son los humanos, así es la realidad, pero no por eso tengo pensado aceptarla ¿CREEN QUE LO VOY A ACEPTAR? ¿SIMPLEMENTE TENGO QUE OLVIDARME DE TODO Y VIVIR MI VIDA TRANQUILAMENTE? Voy a fingir que así lo hago, pero solo con el objetivo de encontrar el momento apropiado para liberar mi odio. Tengo que prepararme para ese momento… Y mientras tanto, seguiré caminando en la oscuridad, sobre esta cuerda floja…
1 AÑO ATRÁS: Durante este tiempo todos maduramos, pero yo sigo con el mismo objetivo en la cabeza. También encontré nuevas personas con las cuales charlar cuando estoy aburrido y yo finjo una personalidad similar a la que tenía durante la pubertad, pero más madura, solo con eso es suficiente para caerles bien a todos… Hay personas que me tratan bien o se preocupan por mí, pero con solo ver su rostro y analizar sus palabras me basta para saber el tipo de persona que son. Es verdad que todos son diferentes, pero los sentimientos son los mismos, y después de tanto tiempo aprendí a identificarlos. Después de tanto ser herido por otros, me hice inmune a lo que los demás piensen de mí y al mismo tiempo dejé de darle importancia a los sentimientos de los demás. Jamás volví a sentir afecto por nadie, ni siquiera por mis familiares. Me gusta ver como mis amigos siguen mi juego mientras yo planeo sus muertes, ellos deben pensar que no soy capaz de matar ni a una mosca, son tan fáciles de manipular… Estoy
ansioso por ver la verdadera cara de cada uno cuando su luz esté a punto de apagarse… Es mi razón para vivir, es por lo que sigo aquí.


Ahora.
Lo hice… ¡Finalmente lo hice! Cumplí con mi objetivo, se destrozaron. Están muertos. ¡Qué excitante! La verdad jamás creí que funcionaria. Era demasiado bueno para ser verdad.
Jamás en la vida me hubiera pasado por la cabeza que invocar demonios en ocasiones seria relativamente sencillo. ¿Por qué hay quienes les temen? Arreglaron mis problemas de una manera mucho más sanguinaria de la que yo y algunos juguetes de grueso calibre hubiésemos podido hacer.
Están muerto, y los que no quedaran traumatizados de por vida.
Mis compañeros enloquecieron de la nada.
El jefe de grupo apuñalo al profesor de física con un bisturí que sustrajo del laboratorio de química y después comenzó a morder la cara de su novia, mientras ella con una fuerza sobre humana atravesó su estomago para sacar sus intestinos.
Fue una reacción en cadena. Varios más siguieron su ejemplo.
Un trio de mis amigos de toda la vida comenzaron a amputarse los dedos a base de mordidas.
Una de ellas comenzó a clavar sus uñas sobre el abultado vientre y después de arrancar a su feto se seis meses lo arrojo al pasillo.
Eso fue lo que termino de alertar a los policías que intentaron detenerlos sin éxito. Pobres imbéciles sin un arma.
Se mataron entre ellos y mataron a todos los que se interpusieron en su camino. El grupo siempre unido.
El edificio apastaba a sangre incluso desde una distancia considerable.
Inodoros y lavabos llenos de sangre, vísceras y tuétanos. ¡Guacala, que rico!
Las mesas del laboratorio derramaban acido de todo tipo, sangre y pedazos sanguinolentos de piel arrancada.
La vitrina de trofeos había sido profanada por una cabeza cercenada de una patada, después de que alguien penetrara sus ojos y los convirtiera en sangre.
Y las oficinas… tripas y más sangre.
Todo lo que no pudiera ser identificado o reconstruido terminaría en una cubeta.
Y donde estaba yo.
Había tenido que faltar a clase por que mi madre se encontraba “enferma” por lo que regrese al campus bastante tarde.
Se me interrogo si sabia algo. Las teorías de un culto suicida ya circulaban por los noticieros, que graciosos. Claro que sabia algo, pero no iba a contarlo.
Llore por todos mis “amigos” y finalmente me dejaron volver a casa, de momento no era conveniente entrar.
Finalmente soy libre. Esos cerdos están muertos y mi furia también. ¡SOY LIBRE!
A partir de ahora las cosas serán muy diferentes, todos los que conozcan mi historia no tendrán otra alternativa que tratarme bien, o alejarse de mí. Prefiero lo segundo.
Estoy conduciendo cuando el auto se detiene, trato de volver a encenderlo.
Oh, no.
Los siento, están apretados en el asiento de atrás
Logro verlos de reojo mientras comienzan a apretar mi tráquea contra el respaldo del asiento con lo que parece ser un intestino.
“El grupo siempre está unido”-los oigo decir.
Malditos.
Supongo que este es el precio a pagar. No me dejarían vivir.
Siento como se me termina el aire… ya no puedo respirar… ayuda…
Estoy muerto.
La matanza escolar ha terminado.

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