Desgarrador

Maquiavelia es el proyecto solista de Vlad Landeros, "El príncipe sonámbulo", siniestro compositor e intérprete de estas macabras y sarcásticas obras musicales, las cuales bautiza como: "Rock Monster". Maquiavelia es el circo macabro donde serás sorprendido por personajes que vuelven de tus recuerdos más escalofriantes de la niñez. Una vez dejado esto en claro cabe destacar que, como todo, el circo macabro Maquiavellia tiene sus actos buenos y actos malos. Pero dejando esto de lado por el momento enfoquémonos en los que son buenos. Halloween o la noche de las calabazas, o del Diablo, según tus creencias, es para muchos la mejor época del año para realizar maratones de películas de terror, pero por qué no esta vez hacer un viaje al pasado y musicalizar todas aquellas pesadillas de cuando éramos niños. Claramente todos aquellos que somos de los últimos años del siglo XX y tal vez también aquellos de la primera década del siglo XXI, los demás ya no s...

Presente. “Me cago y meo sobre todos y cada uno de ustedes. Malditos hijos de puta, imbéciles, cobardes. No son más que una pinche bola de puto estiércol. Los odio. Los detesto. Los maldigo. No respeto lo que son ni lo que pudieron haber sido. Escupo sobre sus futuras tumbas, sin respeto a sus vidas. Me meo sobre su existencia y la de los putos calientes que los engendraron. Púdranse. Púdranse todos. Los ofrezco como sacrificio”. En cuanto clave el cuchillo en el centro del circulo una estela de aire se levanto desde este. El ritual había funcionado. Ellos pagarían por todo. ¡QUE BIEN! Pasado: dos semanas antes del inicio de clases. Bien tal y como había anticipado me he dado cuenta de todos son una puta bola de imbéciles que se creen muy maduros pero que ni por asomo lo son. No son sino unas putas perras que se conforman con las galletitas sabor verborrea que les avientan los profesores. ¡Que se pudran! Jamás me reiré de sus chistes faltos de lógica. Un mes despué...

Inclusive si algunas de ellas resultan perturbadoras para algunos, es innegable el hecho de que toda persona del mundo es adepta a coleccionar algo. Y Mirna era coleccionista de rompecabezas. Un hábito sano pensase algunos, pero lo de ella era más bien una obsesión. Si alguien llegaba a su casa lo primero con lo que se topaba al entrar a la sala era con varios paisajes enmarcados, que al mirarlos más de cerca uno se daba cuenta de que estas imágenes eran nada menos que rompecabezas. Y estos no eran los únicos pues las paredes de casi todas las habitaciones se encontraban en igual estado. Y qué decir del sótano; todos aquellos que con el paso del tiempo llegaba a considerar obsoletos como para seguir viéndolos terminaban allí, apilados contra las paredes en una perfecta formación. Y si eso no es suficiente como para considerarlo una obsesión, también estaba el hecho de que casi a diario llegaba a su casa un ejemplar nuevo, cosa que su esposo le reprochaba, pero que a ella sencill...